Adiós a Las Vegas

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Título Original: Leaving Las Vegas
Estreno Original: 27 de Octubre, 1995
Director: Mike Figgis
Libro por: John O’Brien
Guión: Mike Figgis
Reparto: Nicolas Cage, Elisabeth Shue

Hay historias que a pesar de su cualidades para hacerte jalar los pelos, especialmente considerando los temas a discutir, son tristes. Adiós a Las Vegas es una de esas historias deprimentes acerca de un guionista de Hollywood cuya carrera está arruinada debido a sus problemas con el alcohol. Éstos lo han dejado sin nada, sin esposa, sin hijo, sin conexiones. Al perder su trabajo, Ben (Cage) decide dejar todo atrás y dirigirse a Las Vegas para llenarse de alcohol hasta más no poder. Al llegar conoce una linda prostituta, Sera (Shue), quien lo acompañará hasta el final de sus días.

Aunque Sera merodea esa zona peligrosa de «la china de ensueño» al parecer la compañía perfecta para los últimos días de cualquiera, me alegra saber que por lo menos su vida está tan estropeada como la de Ben. Por supuesto, es una prostituta con un proxeneta que ha abusado de ella quién sabe por cuánto tiempo, y es este abuso el que la empuja hacia este ebrio. Considerando las opciones, ella es bastante funcional, incluso parece lo bastante alegre, pero es demasiado fácil de hacer una pareja de estos personajes, aunque sus conflictos tengan algún grado de realismo. Especialmente al final de la cinta cuando finalmente vemos a Sera completamente exhausta de estar con Ben, siendo echados de cualquier lugar debido a su comportamiento. Todo ese rechazo es aún peor para ella.

Nicolas Cage interpreta a su personaje como un Cage completamente borracho. En realidad nunca me ha gustado mucho sus habilidades como actor, siempre me parece que los interpreta convincentemente pero siempre como él. En Adiós a Las Vegas, interpreta a un convincente Nicolas Cage borracho, lo hace bien, pero no logra encender nada en mí. Es un hombre lleno de demonios internos, pero su deseo de tomar hasta morir (y lograrlo) lo glorifica en el más triste de los escenarios. Y cuando todo ocurre, no sentí nada por él. Sin embargo, sí me sentí terrible por el personaje de Shue.

La escena más devastadora, por supuesto, es la violación. Aunque hay escenas de violaciones más gráficas en otras películas, no la hace fácil de ver aquí. Sin embargo, la mejor escena de Shue tiene que ser cuando Sera rompe su promesa de no pedirle a Ben que cambie. Durante toda la cinta, ella debe aceptarlo como es, a él y a su embriagues, pero la destrucción de ambos llega a tal punto que ella no puede soportar presenciarlo. En realidad «ver a un doctor» no es sinónimo de «lidiar con tu problema de alcohol,» más bien parecía una petición para un simple chequeo, mientras que Shue dice su línea quebrando el espíritu de Sera.

El guión de Mike Figgis no es exactamente de lo mejor que hay; al parecer la violación en el libro ocurre antes que Sera conozca a Ben, lo que haría que su desarrollo como personaje tenga mucho más lógica. ¿Pero supongo que una Elisabeth Shue magullada en pantalla no es tan atractivo para la gente? Idealiza esa imagen de la prostituta de buenos sentimientos que el 7mo arte nos ha presentado. Sin embargo su dirección es más apta, dándonos excelentes actuaciones de sus dos actores, logrando una atmósfera de ensueño, a pesar de esa repetitiva banda sonora, con el bokeh formado por los neones de la ciudad.

Creo que Shue hubiera tenido mejores oportunidades en la categoría de Actriz de Reparto en el Oscar.

Rating: ★★★½☆ 

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