Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos, El

Título Original: The Hobbit: The Battle of the Five Armies
Estreno Original:
 Diciembre 17, 2014
Director: Peter Jackson
Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson, Guillermo del Toro
Reparto: Ian Mckellen, Martin Freeman, Richard Armitage, Evangeline Lilly, Lee Pace, Luke Evans, Benedict Cumberbatch, Ken Stott, James Nesbitt, Graham McTavish, Dean O’ Gorman, Aidan Turner, Cate Blanchett, Ian Holm, Christopher Lee, Hugo Weaving, Orlando Bloom, Billy Connolly.

Bueno, hacía un tiempo que no había llorado tanto en una película.

El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos inicia inmediatamente después del fin de El Hobbit: La Desolación de Smaug, con el dragón (Cumberbatch) atacando Ciudad del Lago mientras Bardo (Evans) intenta detenerlo, mientras Tauriel (Lilly), los hijos de Bardo, los enanos que se quedaron y los ciudadanos tratan de escapar a la orilla. Mientras tanto, en La Montaña Solitaria, Bilbo (Freeman) y los enanos ven impotentes la calamitosa situación. Excepto Thorin (Armitage) que, alejado del resto, mantiene su mirada en Erebor. Por supuesto, Smaug es derrotado y la batalla titular lleva a cabo. Y oh vaya, sí que fue una montaña rusa de emociones.

Mientras que Freeman estuvo, una vez más, genial como Bilbo, tanto que podría interpretarlo dormido, y la batalla fue tan épica como Peter Jackson sabe hacerlas, este fue el show de Thorin. Aplaudo a Armitage por todos los sentimientos que fue capaz de evocar. La Enfermedad del Dragón se apoderó de su mente, haciéndole revocar promesas y ver enemigos en amigos y familia. Pero hay momentos en que el Thorin que conocemos regresa. Sus interacciones con Bilbo durante estos dos tipos de momentos son dolorosos de ver, y son lo que consolida la decisión de Bilbo en ayudar desafiándolo. Gracias a estos dos grandes actores, esos últimos momentos entre los dos personajes son de los más conmovedores en la película.

Los otros enanos no hicieron mucho excepto reaccionar ante todos estos acontecimientos, pero lo hicieron con aplomo. Especialmente Dwalin (McTavish) y Balin (Stott) que habían conocido a Thorin toda su vida y no pueden reconciliar su imagen de Thorin con este extraño en la ropa de su líder. Todos saben lo que está pasando, pero Thorin sigue siendo el rey. Al final, Thorin debe derrotar al enemigo dentro sí mismo antes de que pueda unirse a los ejércitos que luchan fuera de su reino.

Hay mucho que ver en la película, empezando con el choque en Dol Guldur entre El Nigromante (también Cumberbatch) y El Concilio Blanco, donde vemos todo el poder de Galadriel (Blanchett). Luego está el segundo enano con más tiempo en pantalla, Kili (Turner), que comparte algunas escenas con su interés amoroso Tauriel (Lilly) y con su hermano, el pobre Fili (O’Gorman) que del trío Durin fue a quien le tocó perder en cuestión de trama propia. Evans como Bardo hace un buen trabajo como líder capaz, hombre de acción y padre preocupado, lo que hace que su pedido por la ayuda prometida parezca muy justo, mucho más de lo que lo pareció en el libro. El Rey Thranduil de Pace es un líder capaz pero frío, que es básicamente una buena persona, pero no parece importarle mucho nadie que no sea su propia gente. Conolly como Dain recién aparece en esta película pero fue toda una revelación por lo entretenido que es, además de ser prácticamente el enano arquetipo de Tolkien.

Las especificaciones técnicas de esta película fueron muy buenos, la escena inicial con Smaug era aterradoramente fantástica, la batalla épica y fácil de llevar, y las escenas de lucha individuales era entretenidas y creativo. Aunque, como siempre, fue exagerado con Legolas con sus movimientos de niño virtuoso del Cáucaso y sus saltos de Super Mario. Además, no sé si mis ojos ya se están acostumbrando o la tecnología es simplemente mejor, pero el HFR 3D se veía genial en comparación con la primera película, que no me molestó en ese entonces, pero sí a varios. Acerca de la banda sonora, aplaudo una vez más a Howard Shore por su épica creación, aunque la mayoría de la música ya nos era familiar. Por supuesto, escuchar «The Last Goodbye» de Billy Boyd también fue espectacular.

Dado que esta es la más corta de las películas de Jackson/Tolkien, El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos estaba editada de manera concisa y realmente no tienen momentos lentos. De hecho, después de que terminó, deseaba que siguiera un poco más. Ciertamente no tiene los múltiples finales de El Retorno del Rey. Cosa que, de hecho, me hubiera gustado.

Lo único que restó puntos a la película fue el tiempo excesivo en enfocarse en los momentos cómicos de Ryan Gage como Alfrid, y (aunque pueda parecer una blasfemia para algunos fans) en los Elfos. Me hubiera gustado que hubieran tomado una poco del tiempo en pantalla de estos personajes y dárselo a Bilbo y a los enanos. ¡Ciertamente espero más momentos con ellos en la edición extendida!

Finalmente, con las muchas pistas de lo que vendrá en El Señor de los Anillos (especialmente uno que no podría ser más evidente) que nos da, El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos no sólo fue la conclusión de la trilogía de El Hobbit, si no que también sirve como puente entre ambas trilogías. Lo que es bueno para aquellos lo suficientemente resistentes como para ver una maratón de todas las películas de Jackson/Tolkien. Sin duda lo haré algún día cercano.

Rating: ★★★¾☆ 

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